The Sign of Venus and the Return of Quetzalcoatl–A Mayan prophecy being fulfilled - Final Call News

Por Madre Tynnetta Muhammad - Mayo 25, 2021

[Nota del editor: este artículo fue publicado en Junio 14, 2004. La Última Llamada continuará publicando artículos escritos por nuestra querida y fallecida Madre Tynnetta Muhammad.]

“Di: Busco refugio en el Señor del alba, contra la maldad de aquello que Él ha creado, y contra la maldad de la obscuridad intensa, cuando llega, y contra la maldad de aquellos que lanzan (malvadas sugerencias) en resoluciones firmes, y contra la maldad del envidioso cuando envidia.” –Sagrado Corán, Sura 113, Al-Falaq (El alba)

 En el artículo de la semana pasada, hablamos del significado, nombre y características del Planeta Venus. Hablamos de su connotación femenina, sobre su posición respecto al Sol (el segundo más cercano) y sobre cómo es el gemelo de nuestro propio Planeta. Dentro de esta perspectiva, nos referimos a las Divinas Enseñanzas del Honorable Elijah Muhammad sobre la mujer, su rol de co-productora, el segundo yo de Dios y su papel primordial como Madre de la Civilización.

En la discusión de hoy, vamos a enfocarnos en la profecía maya del retorno de Quetzalcóatl y lo que ésta puede significar frente al tránsito del Planeta Venus, que comienza el día en que esta edición del periódico va a la imprenta, el 8 de junio de 2004. Según cálculos astronómicos, tendremos que esperar otros 8 años para observar este evento de nuevo, el 6 de junio de 2012.

 De acuerdo al calendario maya y a los calendarios de toda Mesoamérica, esta fecha del año 2012 llevará al mundo actual, o 5to Sol, a su final. Otro mundo o sol dominará y eclipsará la oscura época actual que ha gobernado a través de la violencia, la sangre, la tragedia humana, la falsedad y el engaño.

Como en todas las religiones y credos del mundo, existe la profecía de que un Salvador o Redentor vendrá a salvar a la humanidad de sus opresores. De acuerdo a las Historias Proféticas recabadas por los pueblos indígenas de Centroamérica, este salvador vendrá con el nombre de Quetzalcóatl. Él se presenta bajo muchos disfraces y leyendas, pero Sus características principales son muy similares a la descripción islámica del Gran Mahdi, Quien se presentaría como un dios-rey místico que regresa del este, cruzando el océano para liberar a Su pueblo, reclamar Su reino y crear una era de paz, prosperidad y justicia.

Esto puede sonar increíble, pero es la descripción de Él en los textos y códices indígenas. Además, Él descendería de un linaje de reyes Quetzales, o gobernantes que vinieron antes que Él.

El nombre Quetzalcóatl tiene muchos significados. El primero de estos se refiere a las alabadas plumas del quetzal, un pájaro que vive en las tierras altas de Guatemala y algunas regiones de Chiapas. El nombre “cóatl” se refiere a la serpiente y también representa el signo gemelo del Planeta Venus. El nombre se traduce así: “la serpiente emplumada”, quien después de su partida fue convertida en el Planeta Venus.

A partir de esta imagen se han desprendido múltiples significados que apelan a la naturaleza dual del ser humano (espiritual y material, humano y divino), así como su intento por reconciliar la dualidad dentro de sí mismo y lograr la versión más perfecta del dios-humano.

En el último –o 5to mundo– de la historia de la Creación Maya, se registra una fecha que coincide con el mes de agosto 3113 B.C., cuando el Planeta Venus, en su ciclo continuo, nacía una vez más como uno de sus más grandes símbolos. Su signo final corresponde a la señal del Planeta Venus cerrando la era que hoy vivimos.

De acuerdo a la profecía maya, el cambio de mundos está en su transición final, con el planeta Venus en tránsito y su segunda aparición justamente en el año 2012, la fecha que según predicciones mayas será el final de este mundo.

“Di: Busco refugio en el Señor de los hombres, el Rey de los hombres, el Dios de los hombres, contra la maldad de los susurros del furtivo (demonio), quien susurra a los corazones de los hombres, de entre los jinn y los hombres.”–– Sagrado Corán, Sura 114, Al-Nas (Los hombres)

Continuará.