A respectful Black-Latino coalition - Final Call News

The Final Call – 6 de junio de 2006

Por Ron Walters

-Columnista invitado-

El motivo de la unión Negra-latina no es política (BEC, 24-07-2001, versión en inglés)

Entre la reticencia del liderazgo Negro a discutir enteramente el problema de inmigración – sobre todo cuando afecta las demandas de la población latina – y el resentimiento de sus constituyentes hacia esas demandas, es necesario considerar racionalmente el contenido de una agenda que unirá el poder de ambos grupos.

Hasta ahora, las voces de los líderes de derechos civiles y políticos han guardado silencio o apoyado un enfoque progresista sobre la inmigración, que no considera el resentimiento de la clase Negra trabajadora. El reconocimiento de los derechos civiles y humanos de los latinos es considerado parcial e incompleto por varios de sus constituyentes. Entonces, mi deber es proponer medidas que construyan el otro lado de la agenda, para que el contenido progresista del apoyo Negro al movimiento latino respete los intereses de los Negros también.

Para empezar, los Negros deberían apoyar firmemente la movilización actual de los latinos para la legalización de su estatus como trabajadores y ciudadanos. Encuestas de opinión pública indican que los Negros están a favor de limitar la inmigración ilegal, aunque uno dudaría que a través de los medios propuestos por el Presidente George Bush, quien apoya la militarización de las fronteras estadounidenses.

Sin embargo, a cambio del apoyo de los Negros, hay cuatro consideraciones que podrían ser dirigidas a la comunidad latina:

Primero, limitar la labor ilegal y de bajo salario no debería tener como enfoque criminalizar a aquellos que cruzan la frontera, sino a aquellos que proveen incentivos para que vengan. Empleadores ejercen discriminación racial en contra de los Negros en el mercado laboral, lo cual se prohibió en el Acto de Derechos Civiles de 1964, Título VII. Los Negros son excluidos de las oportunidades laborales por patrones que buscan empleados de bajos salarios. Estos empleadores deberían ser demandados por tales violaciones.

Segundo, los gerentes latinos que ofrecen empleos deberían sensibilizarse a la necesidad y legalidad de contratar trabajadores Negros. En algunas áreas, he visto que incluyen a obreros Negros en grupos para trabajar en hoteles, restaurantes, construcción u otros trabajos diurnos, pero no es frecuente. Generalmente, esos gerentes forman parte del sistema de segregación racial de grupos laborales perpetuado por los empleadores.

Tercero, los trabajadores latinos deberían luchar por salarios y mejores beneficios a través de la sindicalización. Existe un gran modelo constituido por los esfuerzos de la Service Employers International Union[1], un grupo que ha inscrito a miles de trabajadores latinos. Los latinos podrían reactivar el movimiento laboral americano si usaran este valor recién descubierto para protestar, no sólo en la urna electoral, sino también en los pasillos sindicales.

Cuarto, líderes y activistas cívicos latinos deberían organizar a sus constituyentes en una nueva fuerza, para que las campañas de estado logren un salario digno y una legislación de salario mínimo, ahí donde la legislación está bloqueada a nivel nacional. Esto también podría asistir a los Negros y otros grupos de bajo salario a comenzar trabajos con salarios que, aunque tal vez no sean suficiente, contribuirían más efectivamente a presupuestos familiares y consecuentemente a la viabilidad de sus miembros.

La apuesta por desarrollar una coalición respetuosa entre Negros y latinos es que los Negros de a pie – con resentimiento hacia las ganancias de los latinos – se unan a la lucha cuando los vean pelear por una agenda en común que eleve su propio acceso a oportunidades. Sin embargo, el liderazgo es necesario para elaborar tal agenda sin negar que existe un problema. El liderazgo es vital porque es mucho lo que está en juego al desarrollar una unión fuerte y efectiva basada en una agenda, respetando ambos intereses.

Los líderes Negros necesitan apoyar la movilización latina con más fuerza y desde la perspectiva de los intereses de su comunidad, especialmente aquellos que se encuentran más afectados por la creciente presencia de la población latina. Deben ayudar a crear una agenda respetuosa que será el pegamento de una coalición fuerte y efectiva.

Mientras la movilización latina continúa, debe considerar expandir su agenda. Estoy consciente del debate que existe dentro de la comunidad sobre estas tácticas, pero no deberían ser consideradas solamente como tácticas, sino como una gran estrategia para lograr objetivos a largo plazo. Puede ser que en la urgencia del momento una agenda breve sea lo mejor para propiciar la organización. Pero en el futuro próximo, la comunidad latina debe unirse a las filas de la clase laboral americana de bajo salario y empujar fuertemente hacia la dirección del cambio. En este contexto, la demanda por ciudadanía tiene su precio. (Ron Walters es profesor de Gobierno y Política en la Universidad de Maryland College Park.)

 

[1] Unión Internacional de Empleadores de Servicio, sic SEIU